Academia mayor de la
lengua Quechua
Heroico bastión de nuestra lengua
ancestral
En un vetusto inmueble republicano
de la calle Chaparro 231 una estrecha vía que empieza justo al costado de la
iglesia San Pedro se ubica esta especie de reducto de nuestro Runa Simi,
trasponer su vieja y venida a menos portada es entrar a un lugar tan singular
como heroico porque es de héroes o mártires que un puñado de hombres y mujeres
cumplan a cabalidad su rol de profesores de un idioma al cual las autoridades
no le dan su debida importancia. Quien primero me recibe y con peculiar gentileza
es Higidia Torres, aprovechando que el Qollana (director) estaba algo ocupado
en clases, me invita a pasar a una especia de cocina donde rodeados de
cartulinas con frases en quechua y una sencilla cocina donde se hierve el
siempre oportuno café pasado. Higidia es una mujer de cortos cabellos color
azabache y mirada dulce, hay en su voz pausada el don de la humildad.
Allí también está una otoñal y
elegante mujer de cabellos pintados llamada Celia Ordoñez encargada de la
dirección de economía, quien me recalca con insistencia que también tiene el
grado de magister en educación. Es al igual que Higidia una de las fundadoras
de este hermoso proyecto de enseñar nuestro idioma, mujeres que casi han tomado
como un sacerdocio el construir este sueño de apostar por la revaloración de
nuestra cultura que tiene en la lengua quechua un baluarte de nuestra
identidad. Se suma también a nuestra charla don Raúl Lovon un yachachiq
(profesor) de cabello cano y ojos vivaces quien me cuenta que tiene como
alumnos a médicos, abogados, ingenieros y hasta extranjeros que desean cada vez
más saber cómo hablar el quechua aplicándolo a sus profesiones.
Finalmente sale el director o
qollana (en quechua) un tipo joven de cabellos rebeldes, figura gruesa y
bonachona, lleva colgado de sus hombros una especie de chalina con ribetes
andinos, se presenta hablándome en quechua y al darse cuenta que no entendía
nada comienza a hablarme en un buen español y así empezó una amena charla para
conocer las características más saltantes así como los aspectos fonéticos y
gramaticales de esta milenaria lengua que según me refiere el qollana tuvo su
epicentro en la zona norte del cusco pre incaico. Invitándome a pasar a su
oficina sobresale a un costado de su escritorio un varayoc de gran tamaño y
varios sombreros de diverso tamaño y forma. Me cuenta entusiasmado que en breve
se llevara a cabo el séptimo congreso mundial del idioma quechua conmemorando
los 60 años de la academia, que tendrá a Cusco y el Perú como anfitrión.
Al finalizar y como arte de magia
nuestras atentas y generosas anfitrionas habían instalado unas mesas en ese
simpático y antiguo patio de la escuela, donde un Peruanisimo pollo a la brasa
con inka kola nos esperaban para compartir un inolvidable almuerzo. Nos fuimos
más que satisfechos de haber conocido la historia de esta casona hoy convertida
en un templo de nuestra identidad cultural.
Armando Alvarez
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