miércoles, 26 de septiembre de 2012

pueblo de las tinieblas

                         El pueblo de las tinieblas
                                                Los Chachapoyas
Son las 6 am en el pequeño y acogedor hospedaje del pueblo de tingo cuando se rompe la tranquilidad de la mañana,  se escuchan los pasos apurados de nuestra anfitriona una mujer gorda y colorada de rostro amable que apurada subía y bajaba las escaleras de madera de su casa hospedaje para avisarnos a todos de habitación en habitacion que el desayuno estaba listo, me encontraba casi listo así que baje inmediatamente para alistar a mi grupo de 4 turistas alemanes que exageradamente puntuales aguardaban ya la orden para bajar a desayunar, tomamos los alimentos y prontamente nos encontrábamos ya encaminándonos a la fortaleza de kuelap no sin antes comprar algunos frutas y bebidas para el trekking de casi 9 kilómetros de continuo ascenso, por suerte el desayuno fue muy sustanciosos nada como un caldo de gallina acompañado de yucas, panes serranos con queso y un aromático café… mejor imposible!
En minutos estabamos siguiendo un zigzagueante camino , que nace desde el rio y sube casi hasta las nubes el trayecto esta suficientemente señalizado aunque por cortar camino casi nos perdimos. Al fin sudados pero felices vimos a lo lejos la fortaleza a unos 200 metros más arriba, entonces sin parar continuamos hasta una sencilla pero simpática boletería inspirada en la arquitectura de los  Chachapoyas y pronto nos hallábamos recorriendo las casas circulares primorosamente edificadas con piedra, mortero de barro y decoración elegante con frisos geométricos para lo cual usaron pequeñas lajas alargadas que impregnadas en sus ovalados muros exteriores   le daban un acabado armonioso estilizado y elegante.
 sin duda los Chachapoyas  como los incas eran  diestros en el uso de la piedra y supieron sacar el máximo provecho de ellas, otro detalle interesante son los voladizos que existen en las casas más altas convirtiéndose así en un elemento creativo y de fantasía ya que estos voladizos cumplen el papel de veredas aéreas ubicadas a veces a 2 metros de altura siendo así la única manera de poder ingresar a sus viviendas a través de estas veredillas sostenidas en el aire pero firmemente sujetadas a la estructura del edificio.
Otra sorpresa son los ingresos a la ciudadela que fuera además la capital de esta poco conocida y misteriosa cultura Chachapoyas quienes edificaron kuelap la amurallaron  para dada su importancia protegerla, para tal efecto erigieron altas murallas, líticas paredes que pasan los 10 metros de altura, construida con bloques de piedra de gran tamaño, la gran muralla vista desde lejos parece infranqueable impenetrable y maciza los arquitectos Chachapoyas hicieron 3 entradas las cuales tenían la particularidad de tener un ancho de más o menos 3 metros pero a medida que se va ingresando se va haciendo más angosta…difícil superar el ingenio de estos celosos hombres que solo así tuvieron un efectivo control tanto en el ingreso de la fortaleza como en su salida, iba en este último viaje conduciendo un grupo de sorprendidos turistas alemanes que apenas divisaron  la soberbia construcción casi en coro exclamaron en alemán das ist feudals scholss ( es un castillo feudal)… quizás no lo era pero cumplió similar función, les dije yo con algo de orgullo.
Kuelap está dividida en 3 sectores bien definidos: la parte baja, la parte alta y el torreón todos ellos entrelazados entre si a través de angostos y sinuosos caminos ahora casi imperceptibles por la abundante vegetación es que kuelap está ubicada en los limites donde empiezan los bosques de niebla de nuestra ceja de selva.
Pero la mas sobrecogedora vista de kuelap es desde el torreón enclavado en la parte más alta de la fortaleza como aquellos estratégicos torreones de los castillos medioevales esté se ubica en el sector de la parte alta, que se haya emplazado en una pequeña planicie cortada abruptamente por un profundo abismo aquí quizás habitaba la nobleza y allí sobre una terraza erguido sobresale esta estructura circular como una chullpa, la vista desde allí es realmente impresionante ya que el torreón desafiando la gravedad se eleva al borde del abismo, majestuoso y soberbio cual atalaya que brindó seguridad a los habitantes de la fortaleza, queda claro que el propósito de sus constructores era el de resguardar esta ciudad dada su importancia y teniendo una muralla perimetral que rodeaba la ciudadela llegando hasta la parte trasera de la misma que daba a un profundo abismo, la hacían casi impenetrable para cualquier enemigo.
Los Chachapoyas tenían pues un alto conocimiento de arquitectura en el empleo de los espacios y en el manejo de los suelos siendo esta una zona lluviosa muchas de las estructuras a pesar de su antigüedad tienen buen estado de conservación aunque existen muchas que se hayan desplomadas pero se cree que a causa de una invasión casi en el ocaso de esta fortaleza que fue abandonada quizás debido a un gigantesco incendio que la consumió casi por completo,  de lo cual se han encontrado restos de cenizas y fragmentos carbonizados  en la zona que refuerzan esta hipótesis.
Es importante el trabajo de conservación y puesta en valor del arqueólogo trujillano Alfredo Narváez con su equipo de especialistas algunos de ellos alumnos de la UNT que vienen desentrañando los misterios de este gran pueblo que fuera contemporáneo de la cultura chimú. Llega la tarde la dimensión de la fortaleza sobrecoge a cualquier mortal y mientras algunas  inquietas aves cantan mientras se acomodan en los arboles antes de dormir, y mis amigos alemanes incansables tomaban fotos de todos los ángulos posibles con unas cámaras que parecían armas de guerra, se desata un imprevisto aguacero y admirando la magnificencia de los andes reflexiono sobre el gran valor que encierra este circuito, así como imaginaba por unos instantes como habría sido esta urbe en sus épocas de esplendor en una sociedad autosuficiente acaso más justa… acaso más feliz que la nuestra.
 Armando alvarez

Fortaleza de Kuelap

dos cuerpos




Dos cuerpos frente a frente
Son a veces dos olas
Y la noche un  océano

soñarte

 
 
Soñarte es el calmante de mi alma enamorada,
al no despertar realizo mi sueño, verte cerca, ser feliz.
Es largo el tiempo, y breve el instante.
Cual estrella radiante totalmente inalcanzable.
Nadie podrá nunca evitarme contemplarte de esta manera,
aun cuando estás distante sólo en sueños puedo tocarte.
Los días más bellos son cuándo estás conmigo
cuándo aumenta el amor sincero que nació… desde que llegaste