Desde el agua emerges cual sirena de oro
Tus ojos dibujan estrellas azules
Los míos dioses de fuego…
El sol se derrite alrededor de tus cabellos
Y solo te contemplo mi musa acuática de agua y cielo
El dulce néctar de la caña nos envuelve
Miradas furtivas, sonrisas cómplices el sabor es dulce
Del mar una tenue brisa nos acompaña
De la tierra sus dulces encantos nos alimentan
Del sol vienes tu sonrojada y brillante
Tu altivez y gracia sublime me miran con dulzura
Me siento afortunado de estar en el radio de tu magia
Y mejor aun ser presa fácil de tus encantos
Siento entonces que no soy de carne sino de barro o de fuego
Al fin creo que pude quedar ciego pero no muerto
Estamos al fin cerca de La pirámide sagrada
Soberbia mole de barro al pie del mar
Ahora la antigua dama y la actual reyna de altamar
Asemejaran El encuentro del viejo y nuevo mundos
Rodeadas de cañas, sol y mar sobran las coronas…
Complaciente miro tus destellos de astro
Tus aires de princesa eterna
La sonrisa misteriosa dibujada en oráculo
Tus manos que se agitan a falta de un cetro
Y tu corazón que llora cuando le doy un beso...